Hotel Abismo
Narrar a México desde la mirada de las víctimas
Javier Hernández Alpízar
Malú Huacuja del Toro sabe por experiencia que cada persona puede elegir su destino, su camino y que esta elección puede costar mucho trabajo, lucha incluso, pero que quien no elige su camino se ve condenado a vivir lo que su sociedad, su clase social, su familia, sus padres o su círculo cercano eligen por él o ella.
Esta elección ética y política es una de las claves, un leit motiv, de sus narraciones. Sus personajes enfrentan decisiones que marcarán sus vidas, para someterse a lo que otros han decidido por ellos o para rebelarse y asumir sus vidas, sus propias responsabilidades.
En su más reciente novela Todo es personal, Huacuja del Toro hace un zoom en el mundo del espectáculo político y farandulesco de las narcoseries o narcotelenovelas. Si las feministas enriquecieron el análisis político haciéndonos conscientes de que “lo personal es político”, con este zoom, la novelista mexicana radicada en Nueva York nos acerca a lo personal velado detrás de las narrativas heroicas, autoglorificantes y políticamente interesadas que políticos y realizadores de estas series dan de sí mismos.
En un régimen sexenal que ha abusado hasta la ignominia del manejo mediático y la construcción de “narrativas” nacionalistas y heroicas, resulta paradójico que las series de “entretenimiento de buen gusto” hayan degenerado en una apología de los victimarios, así como el discurso presidencial es frecuentemente una revictimización de las verdaderas víctimas.
En tanto que las narcoseries eligen a los criminales para presentarlos como héroes idealizados, Malú Huacuja prefiere contar la historia desde puntos de vista como el de la madre de una joven desaparecida y el de una periodista que había abandonado un oficio para el que tiene talento, pero cuyo encuentro con la realidad del mundo de las víctimas la hizo regresar a su vocación. Y si bien, el eje de la novela es el mundo de los realizadores de narcoseries, no dibuja de ellos una imagen complaciente.
Malú Huacuja vive en Nueva York, pero nunca ha dejado de habitar en México, país al cual lee, escucha, al cual narra y sobre el cual escribe. A la inversa de los escritores que, a pesar de vivir en México, escriben historias que ocurren en Berlín o alguna otra ciudad lejos de aquí, para intentar “internacionalizar” sus libros.
En cambio, la novelista y cronista mexicana busca sus temas y asuntos en el drama cotidiano de un México plagado de violencia e impunidad y encuentra aquí sus personajes y sus voces. La trama de Todo es personal está enmarcada en la historia de nuestro país entre los años ochenta y noventa del siglo pasado y las violentas décadas de este inicio del siglo XXI.
Uno de los escritores que hoy queman incienso al régimen actual dijo alguna vez que son las víctimas quienes nos pueden revelar la verdad de un sistema, verdad que no podemos conocer solamente escuchando a los ganadores, a los que alcanzaron y detentan el poder y la impunidad.
Por ello es sintomático que quienes se dicen de izquierda, liberales o progresistas, no elijan narrar las historias de las víctimas, no elijan el punto de vista de las víctimas, sino el punto de vista de los victimarios, de los criminales.
En su narrativa, Malú Huacuja ha decidido no asumir el punto de vista del poder ni el del crimen. El punto de vista crítico es el que prevalece en su extensa trayectoria como narradora y guionista, que incluye, entre otras novelas, Crimen sin faltas de ortografía, Un Dios para Cordelia, La lágrima, la gota y el artificio y La invención del enemigo; libros de narrativa breve como Herejía contra el ciberespacio, Álbum de la obscenidad, crónicas y relatos sobre la vida y la guerra en Nueva York después del 11 de septiembre de 2001, Crónicas anticonceptivas, El suicidio y otros cuentos, además de guiones como El Amor de tu Vida SA y Rencor tatuado, del cual, la película dirigida por Julián Hernández está en Netflix.
Con su más reciente novela, la autora de Todo es personal da ejemplo de por qué el subcomandante Galeano la incluye, al lado de clásicos de la literatura, en la selección personal que le gustaría tener guardada en una USB de sus escritoras y escritores favoritos.
La ficción en los relatos de Huacuja del Toro nos acerca más a las verdades crudas de nuestro país que la narrativa oficial del régimen de la posverdad y la posdemocracia que hoy nos gobierna, incluida su farándula y sus series que romantizan el mundo criminal.♦ Fuente ►